Ahora hace 21 años Keith Haring visitó Barcelona en cuerpo y alma regalándonos una pinturiki contra el sida y la ciudad no supo corresponder a semejante obsequio.Hoy Barcelona sería una de las poquísimas ciudades del planeta con obra gráfica de este colosal artista.A cambio el excelentísimo ayuntamiento mandó una unidad de limpieza y en un plis plas desapareció para siempre.Ahora entonan el mea culpa y balbucean por lo bajini de resituar un calco de la misma
en algún lugar de la ciudad,aunque no cumple con las normativas municipales.
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